LOGO DE LA PARROQUIA

El centro del logo es la imagen de la Madona de Madrid junto al niño Jesús, según la talla original de madera del siglo XIII que se encuentra en la clausura del convento de Santo Domingo el Real sito en la calle Claudio cuello de Madrid. El término Madona en castellano antiguo (s. XIII) se refiere a Señora, por eso el título en la parroquia de “Señora de Madrid”.

La imagen no es una Virgen Reina, pues no lleva corona, sino que representa una Virgen “señora “, ataviada con un bejís medieval típico de las vírgenes del medievo. El logo es una simplificación lineal de la talla en su conjunto: Madona y niño Jesús.

La imagen central tiene a sus pies las dos Torres Inclinadas de la Plaza de Castilla, pues es nuestra ubicación: corazón norte de la ciudad de Madrid. Entre medias de las dos torres aparece un bloque que refleja el hecho de ser una parroquia en los bajos de un edificio (típico de parroquias que se fueron abriendo en los años 60 con la expansión de la ciudad). Este detalle refleja que esta zona Norte de Madrid la ponemos bajo los pies de Nuestra Señora y a la vez el hecho de estar situados a los pies de un edificio de viviendas, lugar sencillo como lo fue el pesebre de Belén.

Al lado opuesto del niño está la cruz. Ambos lados reflejan el camino de la vida de Jesús, siempre en la humildad desde el inicio hasta su fin: nacido en la fragilidad de la pequeñez y muriendo en la ignominia. También es el itinerario de crecimiento de todos nosotros, nacidos a una vida nueva pero llamados a crecer y madurar como discípulos de Cris­to, hasta las mayores pruebas de amor. A lo largo del itinerario de todo discípulo siempre nos acompaña Maria, así como estuvo junto a Jesús desde Belén hasta el pie de la cruz.

La imagen de la Virgen está coronada por el mismo nombre que recibe de la talla original: La Madona; y a sus pies flanquea el nombre titular de la Parroquia: Nuestra Señora de Madrid.

Todo este conjunto está rodeado por una línea circular que lo recoge todo, como una madre abre y cierra sus brazos para recoger a todos sus hijos. Este detalle del círculo marca el espíritu familiar y de cercanía que vivimos en la vida de la Parroquia con todo el conjunto de niños, jóvenes, adultos y mayores